Es un queso tranquilo, untuoso, con una textura suave, perfecto para recostar sobre un lecho consistente y crujiente. La combinación de un sabor con toques de robustez agro, acompañado de la orquesta de una levadura en corteza, le confieren a la rosquilla una familiaridad de queso tradicional suavizado por una maduración muy lenta y unos cuidados diarios. Su formato, que deja traslucir un corazón invisible, mejora la experiencia al degustarlo, permitiendo tomar porciones cómodamente. Piezas de aproximadamente 220 gramos de sabor y placer al servicio de paladares expertos y sin sobresaltos.
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