La carne NUNCA debe presenta un color rojo oscuro y seco, ya que es señal de que pude haber proliferación de microorganismos nocivos, por lo que se estropea con facilidad.
Si tiene un aspecto blanquecino, suelta agua y su textura es fibrosa, la refrigeración no ha sido la correcta, por lo que tampoco debe ser tomada.
Para elegir una buena carne hay que ver siempre ver su color, consistencia y olor. Su color debe ser rojo brillante, sin betas amarillentas.
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